La Familia, Cuna de la Esperanza

Abrazo en Familia 2018
Conferencia Episcopal Venezolana

 Tema:1  La Familia, Cuna de la Esperanza 

OBJETIVO    
Resaltar la responsabilidad de la familia en su rol de sembrar Fe y Esperanza.     

ILUMINACIÓN    
Salmo 62, 2 de Cor 1, 3-1 1 (por motivo de espacio solo se pondrá la referencia    
bíblica)     

DINÁMICA    
Yo sueño con………………… y en el Señor pongo mi Esperanza 

Se invita a los participantes a dibujarse en una hoja blanca y hacer una nube    
de su pensamiento, dentro de esa nube escribir aquello con lo que sueña o    
anhela; la frase comenzará “ Yo sueño con………………………………..y fnalizará    
en el Señor pongo mi Esperanza.    

REFLEXIÓN SOBRE LA DINÁMICA    
Los participantes libremente podrán compartir lo escrito en su nube. Colocar todos los dibujos en una cartelera que puede tener una silueta del mundo o del mapa de Venezuela, hacer una breve oración poniendo en manos de nuestro Señor todas esas peticiones o sueños.     

El facilitador puede dar una breve vivencia donde refeje la experiencia de vivir a fe y la esperanza tanto en los buenos como en los malos momentos de la vida.    

DESARROLLO DEL TEMA    
Comenzaremos por defnir las siguientes palabras: (Lluvia de ideas)    

Esperanza: “La esperanza es el estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible. Ya sea a partir de un sustento lógico o en base a la fe, quien tiene esperanza considera que puede conseguir algo o alcanzar un determinado logro.”(https://defnicion.de/esperanza/)    

Cuna: “origen o  principio de algo. En este sentido, cuna puede ser sinónimo de familia, patria, estirpe” (Diccionario pequeño Larousse).    

Soñar: “desear una cosa con mucha intensidad o por mucho tiempo” “anhelar persistentemente una cosa” (Diccionario pequeño Larousse)    

Podríamos decir entonces que en la familia nacen, se originan aquellos sentimientos que nos  permiten desarrollar nuestros proyectos e ilusiones y nos impulsan a esperar con fe el logro de aquellos objetivos que nos vamos planteando a lo largo de la vida.    

La familia es la cuna que abriga, cobija y protege todos nuestros sueños por eso tenemos la gran responsabilidad de mantener un estado de fe permanente    
que nos permita estar tranquilos y alegres como todo buen cristiano que pone    
su confanza en Dios.    

El Santo Papa Juan Pablo II nos decía: « ¡Caminemos con esperanza! Un nuevo milenio se abre ante la Iglesia como un océano inmenso en el cual hay que aventurarse, contando con la ayuda de Cristo…... Podemos contar con la fuerza   del mismo Espíritu, que fue enviado en Pentecostés y que nos empuja hoy a partir animados por la esperanza que no defrauda» (Novo Millennio Ineunte, Nro.   
58). La  fortaleza de la Fe es entonces la que nos permite mantenernos erguidos  y fuertes ante toda circunstancia.    

Hoy vemos con preocupación que en el ambiente familiar los niños crecen escuchando comentarios negativos, rodeados de adultos frustrados por el desespero y la falta de Fe. A muchos les toca criarse en abandono o a cargo de sus hermanos u otros familiares debido a la imperiosa necesidad de los adultos de buscar el sustento diario. Debemos actuar sobre esta realidad, requiere de un cambio de actitud, dedicar a la familia más tiempo de calidad, que no necesariamente debe estar lleno de bienes materiales sino de compañía y afecto; cambiar ese discurso lleno de pesimismo y  derrotismo e insufarnos todos unos a otros del amor de Jesús nuestro redentor que se mantuvo firme ante la promesa del Padre; de María su madre y madre nuestra, protectora de la esperanza, quien más amo y más confió sin dudar nunca del amor del Dios.
    
En la catequesis sobre la esperanza el Papa Francisco nos dice “La necesitamos mucho, en estos tiempos que aparecen oscuros, donde a veces nos sentimos perdidos frente al mal y la violencia que nos rodea, frente al dolor de tantos hermanos nuestros. ¡Necesitamos esperanza! Nos sentimos perdidos y también un poco desanimados, porque nos sentimos impotentes y nos parece que esta    
oscuridad no se acabe nunca.
    
Pero no hay que dejar que la esperanza nos abandone porque Dios con su amor camina con nosotros. «Yo espero porque Dios camina conmigo»: esto podemos decirlo todos. Cada uno de nosotros puede decir: «Yo espero, tengo esperanza, porque Dios camina conmigo». Camina y me lleva de la mano. Dios no nos deja solos y el Señor Jesús ha vencido al mal y nos ha abierto el camino de la vida”    
(Audiencia general · 7 de diciembre de 2016).
      
El cambio de actitud también implica dejar a un lado el individualismo, salir del encierro personal y abrirnos a las necesidades de nuestros hermanos. Como comunidad  de fe somos responsables del bienestar de todos, empezando por nuestra familia, el entorno más cercano y ampliando ese radio hacia nuestros vecinos, amigos y conocidos. Todos aquellos que se encuentran alrededor; no hay nada más importante que predicar con el ejemplo y cuando nuestro "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Jn 14:6) hijos nos ven actuando con solidaridad y amor aprenderán a ser solidarios y corresponsables de la felicidad de todos. 
   
Al respecto su santidad Francisco también nos ilumina diciendo “La atención se centra después en los hermanos que mayormente corren el riesgo de perder la esperanza, de caer en la desesperación. Nosotros siempre tenemos noticias de gente que cae en la desesperación y hace cosas feas… La desesperación les lleva a muchas cosas feas. Es una referencia a quien ha sido desanimado, a quien es débil, a quien ha sido abatido por el peso de la vida y de las propias culpas y no consigue levantarse más. En estos casos, la cercanía y el calor de toda la Iglesia deben hacerse todavía más intensos y cariñosos, y deben asumir la forma exquisita de la compasión, que no es tener lástima: la compasión es padecer con el otro, sufrir con el otro, acercarme a quien sufre; una palabra, una caricia, pero que venga del corazón; esta es la compasión. Para quien tiene necesidad del conforto y la consolación. Esto es importante más que nunca: la esperanza cristiana no puede prescindir de la caridad genuina y concreta” (Audiencia general 8-2-2017 sobre la Esperanza Cristiana)  Gaudium et Spes nos dice:“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón.” GS.1 

Podemos concluir que toda familia cristiana tiene como mayor fortaleza la Fe, que es el don maravilloso que proviene de la alegría de sabernos hermanos de Cristo, amados por El y confiados en esa promesa debemos trasmitir a todas nuestras generaciones que nada es imposible para el Señor, aprender a esperar confiados, entregar todos nuestros proyectos ilusiones y preocupaciones en sus manos con la certeza del que cree, aprendamos a educar con Alegría  y "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Jn.10,10).
     
Esperanza.  Aprendamos a soñar como nos dice el papa Francisco “Y sobre todo, ¡sueña! No tengas miedo de soñar. ¡Sueña! Sueña con un mundo que todavía no se ve, pero que ciertamente vendrá. La esperanza nos lleva a creer en la existencia de una creación que se extiende hasta su cumplimiento definitivo, cuando Dios será todo en todos. Los hombres capaces de imaginar han regalado a la humanidad descubrimientos científicos y tecnológicos. Han surcado los océanos, y pisado tierras que nadie había pisado nunca. Los hombres que han  cultivado esperanzas son también los que han vencido la esclavitud, y han traído mejores condiciones de vida a esta tierra. Piensa en esos hombres.” (Catequesis sobre Educar a la esperanza, Audiencia General Papa Francisco, 20-9-2017)    

Compromiso familiar y personal:    
Como familia debemos frecuentemente conversar cuales son nuestros proyectos y  sueños, como podemos ayudarnos unos a otros para lograr los  que sean posibles  y reprogramar nuevas metas si es necesario. Todas estas reflexiones colocarlas siempre en manos de Dios, él sabe lo que es mejor para nosotros.    

Preguntas para refexionar    
1. Hagan un alto y revisen su entorno familiar  y pregúntense si están transmitiendo esperanza a los suyos
2. ¿Cuáles cambios crees que necesitas hacer para educar a tu familia en la esperanza?    
3. ¿Confías plenamente en Dios nuestro Señor?    

Antes de responder lee el siguiente párrafo: “Dios no defrauda: si ha puesto una esperanza en nuestros corazones, no quiere destruirla con frustraciones continuas. Todo nace para forecer en una eterna primavera. Dios también nos hizo para florecer. Recuerdo ese diálogo cuando el roble pidió al almendro: «Háblame de Dios». Y el almendro foreció.”  (Papa Francisco, Audiencia general sobre Educar a la Esperanza 20-9-2017)    

Canciones propuestas para fnalizar el tema:    
•Color Esperanza www.youtube.com/watch?v=i2YjM4-CIz4    
•Sueña www.youtube.com/watch?v=Gsck86OBt94    

Bibliografía:    
Gaudium et Spes. Papa Pablo VI.    
Catequesis sobre el tema Educar a la Esperanza del Papa Francisco.   

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